SERMÓN 37

Traductor: Pío de Luis, OSA

La mujer fuerte 1

1. 1. El que nos recomendó este día por razón de sus santos me concederá que la debilidad de mi voz sea suficiente para vuestra atención. He recordado esto para que os dignéis ayudarme con el silencio, pues el espíritu está pronto para serviros, pero la carne es débil 2. Y el mismo espíritu, cualesquiera que sean los gozos que concibe de la Escritura de Dios, los da a luz y busca hacerlo en vuestros oídos y vuestras mentes. Preparad en vosotros un nido a la palabra. Pues también en la Escritura se nos pone como ejemplo la tórtola, que busca un nido donde poner sus polluelos 3. Lo que tengo en mis manos, la Escritura que estáis viendo, nos invita a buscar y a alabar a cierta mujer, que tiene un marido extraordinario que la encontró perdida y, habiéndola hallado, la atavió 4. Lo habéis oído hace poco en la lectura 5. Acerca de esta mujer, siguiendo el hilo de la Escritura, que veis tengo entre las manos, os diré las cosas -pocas por razón del tiempo- que el Señor me sugiera. Celebramos la festividad de los mártires y, por lo tanto, hay que alabar sobre todo a la madre de los mártires. Quién sea esta madre, lo sabéis ya por lo que dije anteriormente; ved si la reconocéis en lo que leo. Al presente, todo oyente, en cuanto se deja ver por vuestro afecto, está diciendo en su interior: «Tiene que ser la Iglesia. Confirma este pensamiento». ¿Qué otra mujer pudo ser madre de los mártires? Así es. Lo que pensasteis, eso es. La mujer de la que pensamos decir algo es la Iglesia. No sería decoroso hablar de cualquier otra mujer. Y ello, aunque en la lectura de la pasión de los mártires oímos que se mencionaban también mujeres de las que no sería indecoroso hablar; pero tampoco las silenciamos cuando alabamos a la madre de ellas.

2. 2. Considerad de quién sois miembros; ved de quién sois hijos. ¿Quién encontrará la mujer fuerte? 6 La fortaleza de la mujer cuadra con la festividad de los mártires. Pues si ella no fuese fuerte, sus miembros hubiesen claudicado en la pasión. ¿Quién encontrará la mujer fuerte? Esdifícil encontrarla; mejor, es difícil desconocerla. ¿No es ella la ciudad puesta en un monte, que no puede quedar escondida? 7 ¿Por qué se dijo: Quién la encontrará, cuando se bebía haber dicho «quién no la encontrará?» Pero tú ves la ciudad cuando ya está ubicada en el monte; mas, antes de ubicarla allí, se halló la que estaba perdida 8. Una vez que comenzó a brillar, ¿quién no la ve? Cuando estaba oculta, ¿quién podía encontrarla? Esta misma ciudad es aquella única oveja perdida a la que buscó el pastor y, después de encontrarla, la cargó gozoso sobre sus hombros 9. Este pastor es el monte; la oveja sobre sus hombros, la ciudad sobre el monte 10. Te resulta fácil verla ya ubicada en el monte. ¿Cómo ibas a encontrarla cuando se ocultaba entre zarzas, entre las espinas de sus pecados? Es algo grande que se la haya buscado allí; algo maravilloso que se la haya encontrado allí. La dificultad de este hallazgo queda indicada cuando se dice: ¿Quién encontrará la mujer fuerte? 11¿Quién, pues, dado que ciertamente hubo uno, no ninguno? Como se dijo de su marido, el león de la tribu de Judá 12, de quien la profecía predijo con anterioridad: Subiste recostado 13 , es decir, en la cruz. Subiste: es la cruz; recostado, es lamuerte. ¿Qué es: Subiste, sino aquello que está escrito: Y le crucificaron? 14Por esto dice él mismo: Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así conviene que sea levantado el hijo del hombre, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga la vida eterna 15. ¿Qué significa: recostado? E inclinando la cabeza, entregó su espíritu 16.Por tanto, como allí se dijo: Subiste recostado, continuó: Dormiste como un león 17. Dormiste como un león, no huiste como una zorra. ¿Qué significa: Dormiste como un león? Por propio poder, no por necesidad 18. Habiendo dicho: Dormiste como un león, prosiguió: ¿Quién lo despertará? 19¿Quién lo despertará? No presupone que nadie lo despertará; sólo pregunta qué hombre. En efecto, ¿quién lo despertará sino Dios, que lo levantó de entre los muertos y le dio un nombre sobre todo nombre? 20Se despertó él también a sí mismo, razón por la que dice: Destruid este templo, y yo lo levantaré en tres días 21. Igual ahora; cuando oís: ¿quién encontrará a la mujer fuerte? 22no penséis que habla de aquella Iglesia que está oculta, sino de la que fue encontrada por uno para que a nadie se ocultara. Por lo tanto, merece ser descrita, alabada, recomendada, amada como madre por todos nosotros, pues es esposa de un solo marido. ¿Quién encontrará la mujer fuerte? ¿Quién no ve a esta mujer tan fuerte? Pero esto ocurre ahora que ya fue encontrada, que ya destaca, ya es célebre, ya gloriosa, ya está ataviada, ya resplandece; para decirlo brevemente, está extendida por toda la tierra.

3. 3. Una mujer de este género es más preciosa que las piedras preciosas 23. ¿Qué tiene de extraño que esta mujer sea más preciosa que las piedras preciosas? Si ahora pensáis en lo que es objeto de la avaricia humana, sí tomáis las piedras preciosas en su sentido propio, ¿qué tiene de extraño que la Iglesia se encuentre ser más preciosa que cualesquiera piedras? No existe punto de comparación. Pero también en ella hay piedras preciosas. Son tan valiosas que se denominan piedras vivas 24. Son piedras preciosas que le sirven de adorno; pero ella es aún más valiosa. Quiero encareceros algo acerca de estas piedras preciosas en la medida de mi capacidad y de la vuestra, de mi temor y del que vosotros debéis tener. Siempre hubo y hay en la Iglesia piedras preciosas, hombres doctos, llenos de ciencia, dotados del don de la palabra e instruidos en la ley. Sin duda son piedras preciosas, pero algunas de ellas se alejaron y dejaron de ser adorno de esta mujer. Por lo que respecta a la doctrina y al don de palabra en que brilla, era piedra preciosa, pero permaneció como adorno de ella. Piedra preciosa era Donato, pero se alejó del grupo que hacía de adorno. El que permaneció quiso ser amado en la Iglesia; el que fue sacudido de ella buscó su fama prescindiendo de ella. El que permaneció con ella, recogió para ella; el que se alejó no deseó recoger, sino desparramar 25. Hijos malvados ¿por qué seguís a la piedra preciosa separada del atavío de esta mujer? Me respondéis: «¿Qué dices? ¿Acaso tú eres tan inteligente como él? ¿Acaso eres tan elocuente como él? ¿Eres tan elocuente como él?» Aunque sea inteligente -el buen entendimiento es para quienes lo practican 26-, aunque sea docto y esté instruido en las disciplinas liberales y en los misterios de la ley, es (sólo) una piedra preciosa. Sepárate de él y vuelve a ella que es más valiosa que todas las piedras preciosas 27. Yace en tinieblas la piedra preciosa si no forma parte de los adornos de esta mujer. Dondequiera que se halle, se encuentra entenebrecida la piedra preciosa que no engalana a aquella mujer. Le era necesario permanecer entre sus adornos, estar en compañía del restante ornamento. Lo digo con toda confianza: se llaman piedras preciosas porque son caras. Ya es vil, perdió su valor la que no tiene caridad. Aunque se jacte de su saber, aunque presuma de su elocuencia, escuche a quien sabe valorar las verdaderas piedras de esta señora. Escuche -digo- a cierto experto en ornamentación que lo examina. ¿Por qué se jacta de las lenguas quien no es ya una piedra preciosa, sino carente de todo valor? Aunque hable -dijo- las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe 28. Aquella piedra es un címbalo: ya no brilla, sólo retiñe. Aprended, pues, a valorar bien las piedras, vosotros negociantes del reino de los cielos 29. No os agrade ninguna piedra que esté fuera de las galas de esta mujer. Ella, más valiosa que las piedras preciosas, ella misma otorga valor a lo que la adorna.

4. 4. En ella confía el corazón de su marido 30. Confía totalmente y nos enseñó a confiar. Nos recomendó la Iglesia extendida hasta los confines de la tierra, por todos los pueblos, de mar a mar 31. Si no persevera hasta el final 32, no confía en ella el corazón de su marido. En ella confía el corazón de su marido. Confía porque sabe de antemano que será así; quien confía no puede engañarse. No se dijo: «Confía en ella el corazón de los hijos», pues podían engañarse sus hijos pequeños, pero al corazón de él ninguna mentira lo engaña. Es verdad, pues, que confió. La que es así no necesitará despojos 33.Del hecho que no los busque no se sigue que no los necesitará, sino que abundará en ellos. La que es así no necesitará de despojos. Extendida a lo largo y ancho del mundo, lo despoja por doquier y en todos los lugares arrebata los trofeos al diablo. Esto mismo le prometió su marido, a quien dice en otro salmo: Me alegro en tus palabras, como quien encontró muchos despojos 34. Cómova a necesitar de despojos la que de cualquier lugar los arrebata, de cualquier parte los trae y los adquiere?

5.En todo tiempo realiza para su marido obras buenas, nunca malas [35]. Ved cómo despoja esta mujer a los pueblos: realizando obras buenas y no malas para su marido. En todo tiempo obra el bien y no el mal. Y no para sí, sino para el marido, de modo que quien viva, no viva ya para sí, sino para aquel que murió y resucitó por todos 36. Para su marido, pues, obra el bien; en la presencia de Dios lo obra. A él sirve, a él está entregada, a él ama, a él se esfuerza por agradar siempre. No se adorna pensando en sus propios ojos o en los ajenos. No es de las que se complacen en sí mismas, ni de las que buscan sólo sus cosas: obra para su marido. En cambio, los que obran para sí mismos buscan todos sus intereses, no los de Jesucristo [37].

5.6. Encontrando lana y lino, hizo algo útil con sus manos 38. La palabra santa nos presenta a esta señora trabajando la lana y el lino. Se nos pregunta por el significado de la lana y del lino. Pienso que la lana significa algo carnal, y el lino, algo espiritual. Así me atrevo a deducirlo de la colocación de nuestros vestidos, pues los vestidos de lino son interiores; los de lana, exteriores. Lo que obramos en la carne está patente a todos; lo que obramos en el espíritu queda oculto. Obrar en la carne y no obrar en el espíritu, aunque parezca algo bueno, no es útil. Por el contrario, obrar en el espíritu y no obrar con la carne es cosa de perezosos. Ves un hombre que alarga su mano limosnera a un pobre, pero que no piensa en Dios, sino en agradar a los hombres: se puede ver su vestido de lana, pero no tiene el interior de lino. Encuentras a otro hombre que te dice: «Me basta con adorar a Dios, darle culto en mi conciencia; ¿qué necesidad tengo de ir a la iglesia o de mezclarme visiblemente con los cristianos?». Este quiere tener el vestido de lino, sin la túnica exterior de lana. Esta mujer no conoce ni recomienda tales obras. Ciertas obras espirituales hay que presentarlas y enseñarlas sin las carnales; pero los que reciben la enseñanza deben apropiarse también las espirituales, y no obrar carnalmente las carnales. Encontró esta mujer lana y lino e hizo algo útil con sus manos 39. Esta lana y este lino se encuentran en las santas Escrituras. Muchos encuentran esos productos, pero no quieren hacer nada útil con sus manos. Los encontró e hizo algo con ellos. Cuando escucháis, los encontráis; cuando vivís bien, hacéis. Encontrando lana y lino, hizo algo útil con sus manos. Mirad aquella a quien se dice: Extiéndete a derecha y a izquierda, pues tu semilla heredará los pueblos: no te contengas, extiende más lejos tus sogas 40. Vedla a ella: Se ha hecho como la nave de un mercader que acumula para sí riquezas de lejos 41. Las riquezas de esta mujer son las alabanzas de su marido. Ved de cuán lejos se acumula riquezas: Desde la salida del sol hasta su acaso, alabad el nombre del Señor 42.

6. 7. Se levanta de noche; dio de comer a los de la casa y asignó la tarea a las siervas. Se levanta de noche 43. ¿Quépueden las noches? No la oprimen; con sus tinieblas no la obligan a mantenerse acostada. Se levanta de noche. Las noches son las tribulaciones. Pero, ¿a favor de quién se levanta de noche y saca provecho a las tribulaciones? Y dio de comer a los de la casa: se puso como ejemplo a imitar en las noches. Con sus obras dijo lo que había de hacerse, y entonces les dio de comer. ¿Come alguien de noche? Efectivamente, también entonces les dio de comer. A quienes dio de comer están siempre hambrientos: Pues dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados 44. Durante la noche mi espíritu se mantiene en vela pensando en ti, ¡oh Dios! 45 A medianoche me levantaba a alabarte 46.Estos alimentos nocturnos abundan en la casa de esta mujer. Nadie pasa hambre en ella, ni camina a tientas para encontrar qué comer: siempre está ardiendo la lámpara de la profecía. Pero ¿no se va a hacer otra cosa que comer y descansar? La misma que dio de comer a los de la casa asignó la tarea a las siervas 47. Estas siervas, ¿son suyas o de su marido? ¿O acaso al ser de su marido son también suyas? ¿O esas muchas siervas se identifican con ella misma? Ella, aunque es madre de familia, no considere deshonroso ser también sierva. Contemple su precio, ame a su Señor. Reconozca -repito- que es una sierva y no tenga miedo de tal condición, pues tampoco tiene reparos en tomarla como esposa el que la compró a tan elevado precio. Cualquier mujer buena llama señor a su marido. Más aún; no sólo se lo llama, sino que lo siente, lo proclama, lo lleva en el corazón y lo anuncia con la boca; considera las tablas matrimoniales como los instrumentos de su compra. Es, pues, una sierva que asigna la tarea a las siervas. Es una sierva: es hijo suyo quien dice: Soy siervo tuyo e hijo de tu sierva 48.

7. 8. Ibas a preguntar qué hace en su actividad nocturna. Escucha lo que hace: Previsora, compró un campo 49. No mirandoal presente, sino al futuro, compró este campo; mirando con la fe, con la esperanza. Por esto se levanta también de noche 50. Pues si esperamos lo que no vemos, lo esperamos con paciencia 51. Atribulada en todo 52 pone el ojo en un campo que compra. Por ello se la llama mujer fuerte. ¿Qué significan aquellas noches ante aquel campo? Porque la leve y pasajera tribulación -el levantarnos de noche- obra en nosotros -que tenemos el corazón puesto en aquel campo-, en increíble medida, un peso eterno de gloria; en nosotros que no miramos a lo que se ve, sino lo que no se ve. Lo que se ve es temporal, lo que no se ve es eterno 53.¿De qué campo se trata? ¿Cuál es su hermosura? Ardamos en deseos de poseerlo. ¿No será aquél del que dijo Dios: La hermosura del campo está conmigo? 54

9. Previsora, compró un campo 55. Donde lo compró, allí lo tiene. ¿Dónde está el campo? ¿Dónde lo compró? Donde puso su tesoro, para que se cumpla en ella: Donde está tu tesoro, allí está también tu corazón [56]. Previsora, compró un campo. ¿Dónde? No sea que tú hayas perdido la esperanza, pero estés suspirando por él sin hacer nada, sábete que este campo no quiere un amante perezoso. Ciertamente, cuando llegues a él tal vez descanses, y no habrá necesidad de fatigarse. No es aquel campo como este en que Adán come su pan con el sudor de su frente 57. De momento, para llegar a la visión de aquel campo, adquiere medios con qué comprarlo. ¿Qué? Recoge el dinero con que pagarlo. Es lo que hace esta mujer. Ved si lo pasó por alto. Después de decir: Previsora, compró un campo 58como si preguntaras: «¿Con qué lo compró?», 8. dice: Con el fruto de sus manos plantó una propiedad 59. Tales eran las tareas que asignaba a las siervas: plantar con los frutos de sus manosuna propiedad para siempre. Se refería a una propiedad futura. Esto lo insinúacon la palabra: Previsora.

10. Ceñidos fuertemente sus lomos, robusteció sus brazos 60. Enverdad es fuerte. Mira si noes sierva. ¡Con cuánta devoción sirve!, ¡con qué dedicación! Para que los pliegues sueltos de los apetitos carnales no le impidan trabajar, se ciñe sus lomos, de modo que no pise nada superfluo, cuando se dispone a trabajar. Pues allí está la castidad de esta mujer, ceñida con el ceñidor del mandamiento, y dispuesta siempre a toda obra buena. Ceñidos fuertemente sus lomos, robusteció sus brazos, para no desfallecer. ¿Cómo así? Saboreó cuán buena cosa es trabajar 61. ¿Dónde está el paladar con el que saborea esto? Los hombres huyen del trabajo, como si fuera amargo. Temiendo saborearlo, no saben qué amar. El que una obra sea buena lo hace la conciencia buena. ¿Qué hay más dulce, hermanos, que la buena conciencia? Si no es tal, nos punza; todas las cosas se convierten en amargas. Saboréalo, pues; saboréalo y verás cuál es su sabor, cuánto te agradará, cómo después no cesarás hasta no agotarlo. Saboreó cuán buena cosa es trabajar 62.

11. Su lámpara no se apaga en toda la noche 63. Nadie enciende una lámpara y la pone bajo el celemín 64. Tú iluminarás mi lámpara, Señor 65.Sulámpara es su esperanza. A su luz trabaja todo hombre; todo lo que hace de bueno lo hace guiado por la esperanza. Esta lámpara arde también de noche. Esperamos lo que aún no vemos 66 por eso es de noche. Pero si no sólo no vemos, sino que tampoco esperarnos, es de noche y la lámpara está apagada. ¿Hay algo más desdichado que tales tinieblas? Para no desfallecer en las tinieblas y esperar con paciencia 67 lo que esperamos sin haberlo visto, esté encendida nuestra lámpara toda la noche. Quien cada día nos regala su palabra es como si echara aceite para que la lámpara no se apague.

12. Extendió sus manos a cosas útiles 68. ¿Hasta dónde extiende estas manos? De mar a mar y desde el río hasta los límites de la tierra 69adonde llega. Por eso no se dijo en vano: Extiéndete a derecha y a izquierda 70. Extendió sus manos, pero a cosas útiles 71.

9. 13. Robusteció sus brazos con vistas al manejo del huso [72]. Huso (fusum), no el participio de infundo, sino el instrumento de hilar, que se llama huso. Diré de él lo que el Señor me conceda, pues este trabajar la lana tampoco es ajeno a los varones. Escuchad qué significa: Robusteció sus manos con el huso. Pudo decir: con la rueca, pero mencionó el huso y tal vez no sin intención. Aunque pudiera pensarse, y tal comprensión no sería absurda, que en el huso está significado el arte de hilar, y en éste la obra buena, como propio de la mujer casta y del ama trabajadora y diligente. Con todo, no voy a callar lo que yo, amadísimos, entiendo que se significa por este huso. El que vive entregado a las buenas obras dentro de la santa Iglesia, el que no descuida sino que cumple los preceptos de Dios no sabe qué hará mañana; sabe, en cambio, lo que ha hecho hoy. Recela del futuro, se goza del pasado y, para perseverar en las buenas acciones, se mantiene en vela, no sea que, descuidando las futuras, pierda las pasadas. En su oración ante el Señor, en sus ruegos, no tiene segura la conciencia respecto de las obras futuras, sino respecto de las pasadas; está seguro de lo que hizo, no de lo que va a hacer. Así, pues, si estáis de acuerdo conmigo en que esto es cierto, considerad ahora los dos instrumentos para hilar: la rueca y el huso. En la rueca está apelotonada la lana, que, extraída y convertida en hilo, pasa al huso. Lo que se halla envuelto en la rueca es lo futuro. Lo que se halla ya recogido en el huso es lo pasado. Tu obra está, pues, en el huso, no en la rueca. Lo que has de hacer está en la rueca; en el huso, lo que hiciste. Mira, pues, si tienes algo en el huso, con que fortalecer tus brazos. Allí será fuerte tu conciencia; allí dirás con confianza a Dios: «Dame, porque di; perdona, porque perdoné; haz, porque hice». No pides el premio sino después de haber realizado la acción, no cuando aún has de hacerla. Siempre que trabajes dirige toda tu atención al huso, porque todo lo que pende de la rueca ha de pasar al huso, no lo que está en el huso ha de retornar a la rueca. Mira, pues, lo que haces para tener algo en el huso, para robustecer tus brazos con la mirada puesta en él, para que todo fluya hacia él, para que el huso tenga algo que te consuele, que te dé seguridad, que te dé confianza para rogar y esperar lo prometido.

14. «¿Y qué he de hacer?» Dirás tal vez: «¿Qué me mandas tener en el huso?» Escucha lo que sigue: Abrió sus manos al pobre 73. ¡Ea! No me avergüence de enseñaros el arte santo de hilar. Mirad si alguien tiene lleno el bolsillo, lleno el hórreo, lleno el almacén: todas estas cosas están en la rueca, pasen al huso. Mirad cómo hila (neat) mejor, cómo hila (neiat); con tal que todos entiendan, no hay que temer lo que piensen los gramáticos. Abrió sus manos al pobre, alargó al necesitado sus frutos 74. La mano al pobre; al necesitado, el fruto. Se presenta un pobre: busca tus manos; aparece un necesitado: busca tu fruto. Quien no te pide más que lo que es provechoso para su necesidad, es un pobre que busca tus manos. Hay otro necesitado que dice: Como no teniendo nada y poseyéndolo todo 75. (En cierto modo, no quiere ser satisfecho en su necesidad con tu dádiva; sólo busca el fruto, como en el árbol del Evangelio, del árbol que plantó y regó 76. Escucha lo que dijo a alguien hablando de ellos: No busco la dádiva, sino que exijo el fruto 77.

15. Su marido, cuando va a otro lugar, no se preocupa por las cosas de casa 78. Su marido no se preocupa por las cosas de casa, porque conoce el Señor quiénes son de él 79. ¿Cómo estar preocupado si a los que predestinó los llamó también; a los que llamó los justificó; a los que justificó los glorificó? Si Dios está con nosotros,¿quién contra nosotros? 80 No está preocupado su marido: conoce a los suyos, los suyos le conocen a él. Cuando va a algún otro lugar 81. ¿Dónde mora, sino allí de donde ha de venir? Se demora allí, como si tardase en salir de allí. Pues muchos desean ya su llegada, y el cumplimiento de su deseo se retrasa hasta que se complete el número de los miembros de esta matrona. Muchos, sin embargo, abusan de esa tardanza para entregarse a la impiedad. Dice el mal siervo: Mi amo tarda 82y empieza a golpear a sus consiervos y a emborracharse con los malvados. Vendrá su amo en el día que desconoce y en la hora que ignora, y le separará 83. El cuerpo de ministros y dirigentes es quien da en este tiempo el alimento a sus consiervos 84. Le separará 85-dijo-. Los tiene buenos y malos, y separa a los buenos de los malos 86. Y les asignará su parte entre los hipócritas 87. No a todos los ministros, pues también los hay que desean la llegada del Señor. Los hay también que están en el grupo del que se dice: Dichoso el siervo a quien, cuando venga el Señor, encuentre obrando así 88. Luego vendrá y lo separará [89].

11. 16. En este entretiempo mora en otra parte, pero no se preocupa de lo que sucede en casa. Pues en ella todos están vestidos 90. ¿Va a preocuparse de si sus siervos están desnudos o no cuando mora en otra parte, teniendo tal esposa? Están vestidos y muy bien vestidos. ¿Queréis saber cuán excelentemente? Quienes habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo 91. En ella están vestidos absolutamente todos, tanto los siervos malos como los buenos. Pero los siervos buenos, que se revistieron de Cristo, están vestidos no sólo con la forma externa del sacramento, sino también con obras ejemplares, siguiendo las huellas de su Señor; otros sólo están vestidos con la forma externa del sacramento y tendrán que rendir cuentas de su vestido. Pero esa mujer no cesa de vestir, no cesa de vestir a todos, para que nadie se queje, para que nadie diga: «No he obrado bien, porque no estoy vestido». Ved, pues, cómo debéis estar vestidos. Trabajemos en pro de nuestros vestidos. En ella todos están vestidos 92.

12. 17. ¿Qué hace para su marido? La que viste a sus siervos, ¿no hace nada para su marido? Para su marido hizo mantos dobles 93.Trabajaba. Para su marido hizo mantos dobles. Ya estáis aplaudiendo. Creo que habéis reconocido ya cuáles son los mantos dobles que hace la Iglesia para su marido. Los mantos que le hace son las alabanzas: alabanzas de fe, alabanzas de confesión y alabanzas de la predicación. ¿Por qué dobles? Cuando alabas a Cristo, le alabas en cuanto Dios y en cuanto hombre. Que tu alabanza sea doble y simple a la vez: doblemente, porque es hombre y Dios; simple, para no ser un hipócrita. Hubo no sé qué mujer que eligió hacer a su marido como un manto simple. Mujer vinculada a un cierto Fotino piedra en cierto modo preciosa, separada del ornato de esta mujer, y ahora sin valor y rechazado, de la que reciben el nombre los herejes fotinianos. Tal manto no lo recibió de su mujer, de la suya en verdad, según está escrito: Los mantos de él son dobles. Él afirmó que Cristo era solamente hombre. A su vez, hubo no sé qué otra despreciable mujer, que, como si tejiera también un manto para el marido, tejía en realidad fábulas andrajosas. Esta decía: «Cristo es solamente Dios; de hombre no tiene absolutamente nada». Es lo que dicen los maniqueos. Los fotinianos dicen que era solamente hombre, los maniqueos, que solamente era Dios. Aquellos no confiesan nada de divino en el Señor; éstos creen que todo es divino. Sin embargo, todo es tan falso, que ni siquiera es humano. Pues si no era hombre, entonces ni murió, ni fue crucificado ni resucitó. ¿Cómo pudo resucitar uno que no murió? En consecuencia, al discípulo que dudaba le mostró cicatrices falsas 94. Sin duda fueron falsas las cicatrices si no precedieron las heridas. Si, en cambio, precedieron verdaderas cicatrices, verdadera fue la carne; si verdadera la carne, verdadera la muerte, verdadera la cruz, hombre verdadero y todo verdad. Alabanza abundante que sale de la rueca de esta mujer. Quienes temieron estos mantos dobles, dignos de alabanza, permanecieron dobles por su mentira. Para su marido hizo mantos dobles 95., hizo mantos dobles. Confiésale Dios, confiésale hombre; alaba a Dios en el hombre, alaba al hombre en Dios. Tejió aquel manto de alabanza de máximo valor: En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra. La Palabra en el principio junto a Dios 96. Tejió también otro manto a causa de su presencia cotidiana entre los hombres: La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros [97] . Para su marido hizo mantos dobles 98.

13. 18. Para sí hizo vestidos de lino finísimo y de púrpura 99.No era decoroso que la señora de tan gran Señor anduviese desnuda o andrajosa. Para sí hizo vestidos de lino finísimo y de púrpura:de lino finísimo, con la cándida confesión; de púrpura, con la gloriosa pasión. Reconocemos su lino cuando oramos; su púrpura la alabamos por la mañana en la persona de los mártires

19. Su marido se hace visible en las puertas 100. Aquel que mora en otro lugar; aquel que, teniendo tal mujer, no se preocupa de su casa; aquel a quien, morando en otro lugar, nadie ve, se hace visible en las puertas. Fíjate cuándo. Mira cómo sigue: Cuando se siente en asamblea con los ancianos de la tierra 101. Nada más manifiesto. Lee otra profecía: Vendrá al juicio con los ancianos de su pueblo [102]. Estará visible en aquella asamblea, es decir, en aquel juicio, cuando serán jueces con él los santos de quienes se dijo: Os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel 103.Pues vendrá el hijo del hombre -según dijo- en su majestad, y todos los ángeles con él 104. Allí estarán todos los ángeles y arcángeles celestes, y los ángeles anunciadores de la palabra de Dios. Pues también al profeta se le llamó ángel 105: Ángel es un mensajero. También se dijo de Juan: He aquí que envío mi ángel delante de ti 106. Dice asimismo el Apóstol: Me recibisteis como a un ángel 107. Aquel, pues, aquel que ahora mora en otro lugar, de quien muchos dicen: «¿Cuándo ha de venir?, o ¿quién ha de venir?», estará visible en las puertas, esto es, estará patente, manifiesto. Estará visible en las puertas, pero a unos los admitirá, a otros se las cerrará. Su marido estará visible en las puertas, cuando se siente en asamblea con los ancianos del pueblo 108. Hasta que esto tenga lugar, haga esta mujer lo que solía: no deje de trabajar; espere al que estará visible en las puertas; no tema a la santa asamblea del juicio divino; acuda con buena conciencia, venga radiante de gloria, porque son miembros e hijos suyos quienes, en compañía de su marido, van a juzgar.

14. 20. Tejió lienzos y los vendió 109. Hizobien en tejer lienzos; ¿por qué los vendió, sino porque no busca la dádiva, sino que exige el fruto? 110 Ante todo, hermanos, comprended que se trata de una venta gratuita. ¿Pero compra alguien gratis? Si lo recibe gratis, no lo compra; si lo compra, paga un precio, no lo recibe gratis. ¿Dónde se cumple aquello: Quienes estáis sedientos, venid al agua, compradla sin dinero? [111] Cuando la compras, no das dinero y, sin embargo, la compras. Si la compras, das algo, pero no dinero; te das a ti mismo. Cuando se habla de lienzos, pensad en los vestidos de lino espirituales que hace y anuncia esta mujer por toda la tierra. Y tal vez haya que decir que los vende, puesto que dijo el Apóstol: Si hemos sembrado en vosotros semillas espirituales, ¿es mucho que cosechemos vuestros bienes carnales? 112Se trata, pues, del criterio del haber y debe, pues en toda venta tiene lugar un dar y un recibir 113. Pero el Apóstol se entristece por ciertos mercados donde no pudo vender los lienzos. Ninguna Iglesia -dice- me abrió cuenta de haber y debe 114.Pero quien así vendió no buscaba la dádiva, sino que exigía el fruto 115, para que no penséis que negociaba con el Evangelio. Es él ciertamente un negociante al servicio de su Señor, pero reclama un precio mayor. En efecto, vende, dando cosas espirituales. ¿Y qué busca? ¿Cosas carnales tal vez? Se le deben también éstas; pero no eran las que buscaba el Apóstol al decir: No quiero vuestras cosas, sino a vosotros mismos  [116]. Dad un precio, daos a vosotros mismos. José, en Egipto, vendía trigo, y al mismo tiempo hacía siervos del rey a los compradores 117. Queriendo vivir en aquella época de hambre, recibían el trigo y se hacían siervos. ¿Tememos nosotros hacernos siervos? ¡Ay de nosotros, si no fuéremos siervos de aquél! ¿Qué provecho nos puede traer rechazar a tal Señor? Estaremos sometidos al diablo, sufriremos hambre y no escaparemos del poder del verdadero Señor. Entrégate a ti mismo y cómprate un lienzo, es decir, un manto espiritual. De manera similar tú eres el precio de cierto tipo de pan. ¿Qué? Cuando te entregas al placer, ¿no te das a ti mismo, como precio al placer de la carne, como para comprar una meretriz? ¿Es mucho que te entregues a Dios, adquieras para ti el pan vivo descendido del cielo  118, al mismo precio que eres tú? No es mayor el precio de un pan que el de una meretriz. Tejió lienzos y los vendió 119.

21. Ceñidores para los cananeos 120. Cíñanse, trabajen, acudan, sean esclavos en esta casa, para estar todos vestidos, todos alimentados. Pues hizo ceñidores, mas para trabajar; pues ella misma, para hacerlo, se ciñó fuertemente los lomos 121. ¿Quiénes son los cananeos? Pueblos extranjeros, vecinos de Israel. Quienes en algún tiempo estabais lejos, os convertisteis en cercanos por la sangre de Cristo 122. Quienes en otro tiempo erais extraños a las alianzas y no teníais la esperanza de la promesa, y vivíais sin Dios en este mundo 123, siendo ahora ciudadanos de los santos y familiares de Dios 124, recibidos los ceñidores, trabajad en la casa del Señor, hechos ya familiares de Dios, de cananeos que erais, como cananea era aquella mujer de que hablaba el Evangelio 125. Era cananea, no se atrevía a acercarse a la mesa de los hijos, pero, como un perro, pedía las migajas. Mirad cómo se ciñó para la obra. La fe era su ceñidor, alabado por Jesús: ¡Oh mujer, grande es tu fe! 126

22.Veamos lo que resta. Se revistió de fortaleza y hermosura 127. De hermosura, como de lino fino; de fortaleza, como de púrpura. Porque era fuerte, en su pasión derramó sangre. Se alegró en los últimos días 128. Se alegró: por tanto, aquí sufrió tribulación por mucho tiempo. Pues ¿cómo iba a tener vestidos de púrpura sin tribulación?

23. Abrió su boca con atención 129. Que nos conceda a nosotros abrir también la boca con atención, no temeraria, sino cauta, respetuosa y solícitamente; a nosotros que estamos en ella, que la alabamos, que estamos unidos a ella, que con ella y en ella esperamos a su marido. Estuve entre vosotros con mucho temor y temblor -dijo el Apóstol 130. Como diciendo: «Abrí mi boca atentamente». Nuestra boca es manifiesta para vosotros, ¡oh corintios! 131 Abrió su boca con atención. Y puso orden a su lengua 132, alabando a la criatura como criatura, al Creador como creador, a los ángeles como ángeles, a los seres celestes como celestes, a los terrestres como terrestres, a los hombres como hombres y a los animales como animales. Nada hay trastocado, nada desordenado. No toma en vano el nombre del Señor su Dios 133, no atribuye al Creador la sustancia de la criatura; habla siempre tan ordenadamente que no antepone lo inferior a lo superior, ni somete lo superior a lo inferior. 16. Puso orden a su lengua 134. Nada más hermoso que este orden. Por eso dice también ella: Ordenad en mí el amor. No queráis cambiar el orden; no trastoquéis ni enmarañéis lo que Dios dejó ordenado. Ordenad en mí el amor. Amadme a mí como a mí, amad a Dios como a Dios; no ofendáis a Dios por causa mía ni me ofendáis a mí por causa de otro, ni a otro, sea quien sea, por causa mía. Ordenad en mí el amor. Aquella dichosa hija suya, establecida en este orden, cuya pasión, entre la de otros, celebramos hoy, y cuyo relato acabamos de oír, poniendo orden en su lengua, dijo: «Al César como a César se le debe honor, pero temor (sólo) a Dios » Abrió su boca con atención y puso orden a su lengua [135].

24. Severas palabras en sus casas 136. Severa, fuerte, rigurosa. No existe motivo de disipación; no ama la distracción. No comió su pan ociosamente 137. Conrazón llegó a poseer tanto.

25. Esta es la mujer laboriosa, vigilante, solícita, que reconviene severamente su casa, que se levanta de noche, que procura que no se apague la lámpara, fuerte en la tribulación, que tiembla ante las promesas aún no cumplidas, que robustece sus brazos con la mirada puesta en el huso, que no come el pan ociosamente. Pero ¿qué habrá en los últimos días, después de estas fatigas, como connaturales a la pobreza y necesidad de este mundo, puesto que ella se alegró? ¿Queréis oír lo que habrá? Escuchad la esperanza que mantiene encendida nuestra lámpara toda la noche. Oíd ahora: Se levantaron sus hijos y se enriquecieron 138.Ahora vivimos envueltos en pobreza y así nos mantenemos en vela, y cuando morimos, dormimos en pobreza; pero resucitaremos y nos enriqueceremos. Entonces se enriquecerán sus hijos. Se levantaron sus hijos y se enriquecieron. Compara ahora cualesquiera riquezas de esta tierra, sujetas a los ladrones y a la polilla 139. ¿De qué te jactas? Porque estás enfermo te son necesarias muchas cosas. Necesitas vestirte, porque no soportas el frío; te sirves de caballerías, porque no puedes caminar a pie. Estas cosas son apoyos para la enfermedad, no expresión de poder. ¿Cuáles son las riquezas de los ángeles? Tienen un único vestido de luz: nunca se gasta, nunca se mancha. Las verdaderas riquezas son aquellas donde no hay escasez ni indigencia alguna. ¿Por qué buscas esto ahora, antes de resucitar? Si eres hijo de esta mujer, mira para cuándo se te prometen las riquezas. Se levantaron sus hijos y se enriquecieron 140. Prepárate a recibir las riquezas de la resurrección. No ames éstas, para merecer llegar a aquéllas. Se levantaron sus hijos y se enriquecieron.

17. 26. Y su marido la alabó 141. También nosotros la alabaremos, pero no de iniciativa propia. Su mismo marido la alabó. Cuando se levantaron sus hijos y se enriquecieron 142, la miró, puso en ella sus ojos y la alabó. ¿Quién no quiere oír cómo la alabó? Si escuchasteis con tanta alegría cuando la alabé yo, ¿cómo escucharíamos, si pudiéramos oír cómo la alabó su marido? La alabó en la resurrección: cuando hayamos resucitado, lo escucharemos. ¿O no ha callado ahora la alabanza que hizo de ella? Esta es una alabanza, pero aún continuará. Escuchemos, escuchemos cómo la ha alabado su marido, viéndola ya acompañada de la felicidad tan grande de hijos, enriquecidos en la resurrección de los muertos.

27. Muchas hijas han realizado gestas de gran poderío 143-dice-.Son alabanzas con las que la alaba su marido. Muchas hijas han realizado gestas de gran poderío. ¿Qué hijas son éstas? ¿A quiénes se las compara? No hay comparación posible. Muchas hijas han realizado gestas de gran poderío; tú, en cambio, las superaste a todas 144. Prestad atención, os lo suplico; ya llegamos al final de la lectura. Temo que os encuentre fatigados en este momento en que os reclamo la mayor atención. Escuchemos sus alabanzas: Muchas hijas realizaron gestas de gran poderío; tú, en cambio, las superaste y destacaste sobre todas. Tú -dice-, las superaste a todas, te pusiste sobre todas [145]. ¿Quiénes son, pues, las otras hijas que realizaron gestas de gran poderío, a las que ésta superó y destacándose sobre ellas? ¿O qué gesta hicieron o en qué las superó? Son las hijas malas, es decir, las herejías. ¿Por qué son hijas? Porque también nacieron de ella. Pero eran hijas malas, hijas no porque se le asemejen en las costumbres, sino en los sacramentos. Pues también ellas tienen nuestros sacramentos, nuestras Escrituras, nuestro amén y nuestro aleluya; la mayor parte de ellas tienen nuestro símbolo de fe, muchas tienen nuestro bautismo. Por eso son hijas. ¿Pero queréis saber qué se dijo a esta mujer en cierto lugar, es decir, en el Cantar de los Cantares? Como lirio en medio de espinas, así es mi vecina en medio de sus hijas 146. ¡Sorprendente afirmación!: A quienes llama espinas, llama también hijas! ¿Pero hacen proezas aquellas espinas? Así es. ¿No veis cómo también las herejías oran, ayunan, dan limosna, alaban a Cristo? Me atrevo a afirmar que hay en ellas falsos profetas, de los cuales se dijo: Hacen muchas señales y prodigios para engañar, si fuera posible, hasta a los elegidos. Os lo anuncié de antemano 147. También las espinas realizan gestas de gran poderío. A ellas se refiere aquello: ¿Acaso no comimos y bebimos en tu nombre y en tu nombre hicimos muchos milagros? 148 Comimos y bebimos: no lo afirmaría de cualquier alimento. Sabéis a qué comida o bebida pudo referirse. E hicimos muchos milagros: no negamos que muchas hijas realizan gestas de gran poderío. También las espinas tienen flor, pero no fruto. Mas ¿cómo las superó aquella a la que se dijo: Tú las superaste y te destacaste sobre todas? [149] Dando no sólo flor, sino también fruto.

18. 28. ¿Cuál es su fruto? ¿En qué las superó? Dígamelo. Os muestro -dijo- un camino más excelente 150. ¿A cuálse refiere? Porque en esto las superó, en esto destacó sobre ellas. Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe 151. Habla lenguas: estas flores caen dentro de la gesta mencionada. Aunque conozca todos los misterios y toda ciencia, aunque posea toda profecía y toda fe, hasta el punto de trasladar las montañas -¡qué poderío más grande!-, si no tengo caridad, nada soy 152. Escucha todavía otras gestas, consideradas como flor, pero no fruto: Aunque distribuya todos mis bienes a los pobres y entregue a las llamas mi cuerpo, si no tengo amor, de nada me sirve 153. Este camino más excelente lo posee ella. Por eso se le dice: Muchas hijas realizaron gestas de gran poderío 154. Muchas hablaron lenguas, conocieron todos los misterios, hicieron muchos milagros, expulsaron demonios, distribuyeron sus bienes a los pobres, entregaron sus cuerpos al fuego: pero son inferiores a ti porque no poseyeron la caridad. Tú las superaste y te destacaste sobre todas ellas, tú,grávida no sólo de flores, sino también de frutos, cargada de ellos. Mira el racimo y ve de dónde trae su origen. Entre las obras de la carne, el Apóstol enumera estas: fornicaciones, impureza, lujuria, servidumbre de los ídolos, hechicerías, enemistades, contiendas, envidias, rencores, disensiones, divisiones, comilonas, borracheras y cosas parecidas, de que os prevengo, porque, como dije, quienes tales cosas hacen no poseerán el reino de Dios 155. Enumeradas las espinas, que han de ser arrojadas al fuego, añade: El fruto del Espíritu es el amor 156. A partir de este principio, como de la raíz, se entretejen los demás: Alegría, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, continencia 157.¿De dónde trae su belleza este racimo? De que cuelga de la cepa del amor. Muchas hijas realizaron gestas de gran poderío: Tú, sin embargo, las superaste y te destacaste sobre todas ellas 158.

19. 29. ¿Qué quedó en aquellas? Engañosa es la gracia y vana la belleza de la mujer 159. Porque, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe; nada soy, de nada me aprovecha 160. Falsa es, por lo tanto, la gracia y vana la belleza de la mujer [161]. La mujer sabia será bendecida 162. La mujer sabia, la que será bendecida es la que buscó qué comprender, la que mantuvo lo que comprendió; su hermosura no es falsa ni vana su gracia. La mujer sabia es bendecida. Ella misma alaba el temor del Señor 163. La misma que es bendecida canta las alabanzas de algo por lo que es bendecida, puesto que es sabia. ¿Qué alaba? El temor del Señor que la condujo a la sabiduría. Pues el temor del Señor es el comienzo de la sabiduría [164]. Ella canta las alabanzas del temor del Señor. Fue laboriosa durante tantas noches; sufrió en medio de tantos escándalos; fue paciente en el esperar, fuerte en el tolerar, constante en el perseverar. Una vez acabadas las fatigas: Dadle los frutos de sus manos [165]. Trabajó, trabajó; merece recibir. Dadle el fruto de sus manos. Dadle, ¿qué? Venid, benditos de mi padre [166]. Dadle el fruto de sus manos 167. ¿Qué? Recibid el reino que está preparado para vosotros hasta el fin del mundo 168. He aquí el qué. ¿Es esto fruto de sus manos? Tuve hambre y me disteis de comer 169. Dadle el fruto de sus manos.

20. 30. ¿Cuál será luego su ocupación, una vez acabadas las fatigas? Sea alabado en las puertas su marido 170. Elpuerto de nuestras fatigas será ver a Dios y alabarle. Allí no se dirá: «Levántate, trabaja, viste a los siervos, vístete a ti misma, adórnate de púrpura, da el alimento a los siervos, cuida de que no se apague la lámpara, sé solícita, levántate de noche, abre tu mano al pobre, pasa al huso lo que está en la rueca». No existirán las obras, hijas de la necesidad, donde no habrá necesidad alguna. No habrá obras de misericordia donde no habrá miseria alguna. No compartirás tu pan con el pobre donde nadie es mendigo. No hospedarás al peregrino donde todos viven en su patria. No visitarás al enfermo donde todos están sanos para siempre. No vestirás al desnudo donde todos están vestidos de luz eterna. No darás sepultura al muerto donde todos viven sin fin. Mas no porque no hagas esto estás sin hacer nada. Verás a quien deseaste y le alabarás indefectiblemente. Este fruto recibirás. Entonces se cumplirá lo único que pediste: Una sola cosa pedí al Señor, esta buscaré: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida. ¿Y qué harás allí? Contemplar el encanto del Señor [171]. Sea alabado a las puertas su marido 172. Dichosos quienes habitan en tu casa; ellos te alabarán por los siglos de los siglos 173.