SERMÓN 28 A (=Dolbeau 9)

Traductor: José Anoz, OAR

Comentario de Sal 115,11 (TM) y Prov 23,1-5 (LXX)

1. El Apóstol dice: Ahora bien, pues tenemos idéntico espíritu de fe, según esto que está escrito «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos; por eso, también hablamos 1. Quien quiere hablar sin creer, quiere derramar lo que no ha llenado. Para que derrames, hay que llenar. Pero hay que derramar para otros, sin quedarte vacío. Por eso, al prometer el Señor a los creyentes la largueza de su santo Espíritu, afirma En él se hará una fuente de agua que salta para vida eterna 2, pues propio de la fuente es derramar sin vaciarse. Y, si Dios nos otorga esto, ¿qué retribuimos al Señor por todo lo que nos ha retribuido? Así pues, el que en el salmo hablaba como hemos oído, tras considerar en su persona el regalo de Dios, tras rebuscar su remuneración y encontrar que él no era idóneo correspondiente, lleno de la gracia de Dios 3, dubitativo preguntó y dijo: ¿Qué retribuiré al Señor por todo lo que me ha retribuido? 4 En efecto, no me ha dado, sino que me ha retribuido, porque merecía yo males por males, y ha retribuido bienes por males. Si ciertamente retribuiré algo al Señor, ¿qué, pregunta, daré al Señor, pues en otro salmo se dice a éste mismo: He dicho al Señor: «Mi Dios eres tú, porque no careces de mis bienes»? 5 Si, pues, eres Señor precisamente porque no careces de mis bienes, ¿qué retribuiré al Señor? Y, sin embargo, le pareció haber hallado qué retribuya. La copa, dice, de salvación recibiré y el nombre del Señor invocaré 6. Esto es retribuir, o mejor dicho, esto es recibir dos veces.

2. Ahora bien, había dicho arriba: He dicho con pavor mío: «Todo hombre es mendaz» 7. En este asunto parece haber dado a los hombres, pero a los poco inteligentes y que no atienden diligentemente, no una declaración sino una ocasión. Todo hombre es mendaz, ha dicho la Escritura. Asevera alguien: «Porque todo hombre es mendaz, mentiré seguro pues no soy hombre si no soy mendaz». Has recibido la seguridad, oye también la solicitud: Perderás a todos los que dicen mentira 8. Tú, pues, solícitamente vuelve e inquiere, porque ese que afirma esto no ha dicho 'con seguridad', sino con pavor. Así pues, podría decirte yo: «Ha dicho 'con pavor', trepidante lo ha dicho, no sabe qué ha dicho, turbado lo ha dicho»; podría decirte esto, si el apóstol Pablo no confirmase esta frase al decir: El único veraz es Dios; en cambio, como está escrito, todo hombre es mendaz 9. Si, pues, Dios es veraz y el único veraz y, en cambio, todo hombre es mendaz, ¿cómo será veraz el hombre, si no se acerca al que no es mendaz? Por eso, se dice a hombres: Otrora fuisteis tinieblas 10. He ahí que todo hombre es mendaz. A Dios, en cambio, se dice: En ti está la fuente de la vida, y en tu luz veremos la luz 11. Y, porque el único veraz es Dios 12 porque Dios es luz y en él no hay tinieblas algunas 13, los hombres son tinieblas, Dios, luz; el hombre, mendaz, Dios, veraz. ¿Cuándo será veraz el hombre? Acercaos a él y seréis iluminados 14.

La Escritura, pues, ha querido mostrar esto: que todo hombre, absolutamente todo, por lo que se refiere al hombre en sí, es mendaz. En efecto, no es mendaz sino por lo suyo, esto es, por el cuerpo, que consta de materia terrena, pues el alma es divina y por ella es verdadero, no mendaz. Tampoco tiene por sí algo sino ser mendaz, no porque no puede ser veraz, sino porque por sí no será veraz. Por eso, para ser veraz, he creído; por eso he hablado 15. Quita «creer»: Todo hombre es mendaz 16 pues, cuando se apartare de la verdad de Dios, permanecerá en su mentira, porque quien dice mentira, habla de lo suyo 17.

Si, pues, ya has sido hecho veraz, aprende a qué se debe haberlo sido hecho, para que no seas mendaz también en eso mismo. Efectivamente, hombre veraz, cuando digas «Por mí soy veraz», por eso serás mendaz. Si, pues, eres veraz, has sido llenado, has sido hecho partícipe de la verdad. Estuviste vacío, pero te ha llenado la verdad salida de la fuente celeste. Por eso dirás: ¿Qué retribuiré al Señor por todo lo que me ha retribuido? 18 Con pavor mío he dicho, y he dicho verdad: todo hombre es mendaz 19. Pero me ha retribuido no castigo por la mentira, sino bien por mal, y, justificando al impío 20, hace de un mendaz un veraz.

3. ¿Qué, pues, retribuiré al Señor? La copa de salvación recibiré y el nombre del Señor invocaré 21. La copa de salvación recibiré: la copa de Cristo recibiré, pues él es la salvación de Dios, ya que de él dijo Simeón: Ahora dejas ir, Señor, a tu siervo en paz, porque mis ojos han visto tu salvación 22. Tú, pues, si preguntas «¿qué retribuiré al Señor?», por todo lo que te ha retribuido 23 recibe tú la copa de salvación. ¿Qué copa? La de salvación. ¿De qué salvación? La de Cristo. ¿Qué copa de salvación de Cristo, sino ésa respecto a la cual a algunos que con insistencia buscan lo sublime y desprecian lo bajo ha respondido: ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? 24 Recibe esta copa, si quieres retribuir al Señor por todo lo que te ha retribuido, pues como Cristo ha depuesto por nosotros su vida, así también nosotros debemos deponer por los hermanos la vida 25. Esto es retribuirle: recibiendo la copa de salvación.

Pero en tal copa ¿qué temes, de qué trepidas? Será ayuda el mismo que ha precedido como ejemplo. En efecto, al que interroga qué retribuya, míralo asimismo encontrar, digamos, en la retribución misma de la copa, como si dijera «He hallado qué retribuir: la copa de salvación recibiré»; e idóneo para beber ha osado decir: Y el nombre del Señor invocaré. Por ende, cuando buscas retribuir, no has retribuido lo que has recibido, sino que has recibido además otra cosa. La primera vez has recibido el haber creído; la segunda, el haber bebido la copa de salvación. Todo, pues, nos lo ha dado él; gracias a él tenemos los que somos, si somos algo bueno.

4. Por ende me parece que la lectura que ha precedido al salmo también insinúa algo tal, si empero podemos captar la voluntad del insinuador. Asevera, en efecto: Si te sientas a cenar a la mesa de un poderoso, sensatamente entiende lo que se te sirve, y coge, sabedor de que te conviene preparar cosas tales 26. ¿Qué significa esto? Si te sientas a la mesa de un poderoso, se te manda entender sensatamente lo que se te sirve; después se te manda coger, sabedor de que te conviene preparar cosas tales. ¿Quién más poderoso que Cristo? Siéntate a cenar a su mesa: acércate humilde a su altar, pues la sesión es signo de humildad. Sensatamente, pues, entiende lo que se te sirve. Lo que recibes es el anfitrión en persona. Quienes se sientan a esta mesa saben de qué hablo. No es leve: quien te ha llamado se te expone. Sensatamente, pues, entiende lo que se te sirve, y coge, sabedor de que te conviene preparar cosas tales. Ya he dicho poco antes qué es esto: como Cristo ha depuesto por nosotros su vida, así también nosotros debemos deponer por los hermanos la vida 27. Ésta es la mesa de ese Poderoso; a esta cena has venido si te has sentado humilde; o mejor dicho, a esta cena te has sentado si has venido humilde. Ve qué te ha sido preparado: Cristo ha depuesto por nosotros su vida. Esto recibes, he aquí qué coges, sabedor de que te conviene preparar cosas tales. Di, pues, lo que sigue: así también nosotros debemos deponer por los hermanos la vida. Recibes, pues, la copa de salvación e invocas el nombre del Señor 28. Por haber recibido una muerte preciosa, por eso has apurado la copa. ¿Qué sigue? Preciosa en presencia del Señor la muerte de sus santos 29. He ahí cómo comes cosas tales, cómo preparas cosas tales.

5. Pero ¿qué es lo que sigue en idéntica lectura? Advirtámoslo, veámoslo; si podemos, examinémoslo. Pero si eres completamente insaciable, afirma, no desees sus alimentos, pues éstos tienen vida mendaz 30. Veo que está cerrado. Y, a propósito, ¿dónde está la aldabada? Aldabead conmigo, para que se nos abra 31. Está el Poderoso, está la mesa del poderoso 32; te sientas a ella, te abajas ante ella tendiendo la mano, sabedor de qué te conviene preparar 33: sufrir por el nombre 34 del Señor, que ha sufrido por ti. Pero si eres completamente insaciable, afirma, no desees sus alimentos. ¿Qué significa «si eres completamente insaciable»? ¿Quieres conocer qué significa «si eres completamente insaciable»? Si te atribuyes más de lo que eres. En tanta profundidad de este secreto, de momento se me ocurre lo que se digna darme a mí que aldabeo según mis fuerzas; de momento me ha dejado ver esto: he ahí la mesa del poderoso, la mesa de Cristo, llena de la gracia de la pasión del Señor. Siéntate a ella; no te acerques soberbio. Coge 35: no suene la lengua y calle la obra. En efecto, coger es esto: no haya voz sino con solidez, no haya fe sin obra 36. Coge, sabedor de que te conviene preparar cosas tales 37. ¿A qué se debe que el pobre sea desgraciado? A ti, ¿no es así? !Ay de ti, si supones esto! Nada exhibirás, nada tendrás. Si, pues, eres completamente insaciable -te atribuyes más de lo que eres-, no desees sus alimentos, ya que, si te atribuyes más de lo que eres, ve lo que sigue: pues éstos tienen vida falaz 38.

6. Éstos tienen, afirma, vida falaz. ¿Qué es lo que tiene vida falaz? Ser tú completamente insaciable, atribuirte, asignarte más de lo que sabes que eres, es vida falaz, es hipocresía, jactancia, no obediencia. Es una vida por entero falaz, pues quien, aunque es nada, supone que él es algo, se engaña a sí mismo 39. ¿A Poderoso tan importante retribuirás de lo tuyo, a Poderoso tan importante prepararás de lo tuyo cosas tales, tras tomar cosas? ¡Oh, detestable avidez; oh, vida falaz!

Por tanto, como hubiese dicho «Pues éstos tienen vida falaz» 40 -si te atribuyes más de lo que eres, por eso eres completamente insaciable y no entenderás la gracia al acercarte a la mesa de la gracia-, ve tú qué añade y por qué te amonesta. En efecto, ¿qué decías? «De lo mío retribuiré, de lo mío pagaré a cambio, de lo mío prepararé y prepararé cosas tales cuales ese rico ha exhibido». Ve qué sigue: No te crezcas contra un rico, porque eres pobre 41. Amonestación salubérrima, si hay quien oiga, si el pobre oye, si no se considera rico por sí, si no se crece contra el Rico, pues al crecerse se infla más fácilmente que se llena. Dices: «De lo mío, de lo mío». ¿Contra quién lo dices? ¿Qué tienes que no has recibido? 42 Él está lleno, tú, inflado. No te crezcas contra un rico, porque eres pobre. Ésta es vida falaz; sigues siendo lo que con pavor has dicho: Todo hombre es mendaz 43. No te crezcas contra un rico, porque eres pobre: no lo hagas contra Dios, pues eres hombre; no lo hagas contra el Justo 44, pues eres pecador; tú, hombre que no vives sin pecado, no lo hagas contra quien no ha tenido ningún pecado 45. No te crezcas contra un rico, porque eres pobre; más bien, con tu seso abstente 46: mídete, no salgas fuera a burlarte de mí 47, sino entra a ti y mírate.

7. Pues si pusieres tu mirada en dirección a él, nunca aparecerá, afirma, pues se ha preparado alas como de águila y va a la casa de su jefe 48. ¿Quién es ese Poderoso a cuya mesa accedías, del que tomabas y al que disponías retribuirle como de lo tuyo cosas tales 49? Te creces, en efecto, pobre, contra el Rico y, más bien, no te contienes con tu seso 50, para que conozca que ha de ayudarte a fin de no hallar que ha de castigarte. Pues bien, ¿quién es ese Poderoso a quien buscas alimentar cual de lo tuyo, y alimentarlo como él mismo te ha alimentado? ¿Quieres conocer quién es ése? Si pusieres tu mirada en dirección a él, nunca aparecerá. ¿Qué significa esto? Ha aterrorizado cuando ha dicho: Nunca aparecerá. Pero, ¿cuándo nunca aparecerá? Si pusieres tu mirada en dirección a él -esa mirada tuya distorsionada con que ves mal, con que no entiendes rectamente-; si pusieres esta mirada en él, nunca aparecerá, pues estará latente, no se mostrará; no le captarás, no le entenderás; reconócete menor para poder entenderlo a él, el Mayor. Puede entenderse también así: si pusieres en él tu mirada, mirada humana, para buscarlo cual a un hombre, nunca aparecerá porque no es hombre. Nunca aparecerá: busca en oriente, busca en occidente, busca en los patriarcas, busca en los profetas, busca en los apóstoles; nunca se te mostrará, pues es no sólo hombre sino Dios hombre. Por ende, si pusieres en él tu mirada, esto es, la mirada humana, no el espíritu divino, nunca aparecerá; si lo buscas como a hombre, no lo hallas; si como a hombre buscas a quien te ha alimentado, no lo hallas: nunca aparecerá.

8. Pues se ha preparado alas como de águila 51. Esto ha hecho: se ha preparado alas como de águila; ha sido asumido 52, ha volado, porque de él está dicho: De la tierra será levantada su vida 53. E irá a la casa de su jefe 54: él ha regresado al Padre, tú has permanecido entre los hombres. Quien te ha hecho te excede. Lo desprecias, sin duda por haber sido él hecho por tu causa. Si quieres corresponderle con algo, recíbelo de él. Los hombres pobres, cuando son invitados por sus patronos ricos y aquéllos quieren también invitarlos, hacen esto: les piden lo que puedan presentarles. Su Padre lo ha engendrado igual a sí, lo ha engendrado coeterno consigo, se lo ha engendrado de única sustancia; pero por tu causa lo ha hecho menor y se ha hecho su jefe, de forma que su Hijo, su Único 55, coeterno con él, igual a él, pueda de él decir: El Padre es mayor que yo 56. ¿Quieres tú saber qué ha engendrado? Interroga y oye: Yo y el Padre somos una única cosa 57. Si quieres saber qué ha sido hecho por ti, interroga y oye: Porque el Padre es mayor que yo. Reconoce la justicia, ama la obediencia, evita la soberbia, loa la potencia, admira la paciencia, impetra la gracia.